En Roma, en 1864
Buenos días, hoy os espero sorprender con un pintor cuya obra es del todo diferente hasta lo por hoy trabajado en mis "post", se trata de JOSEP TAPIRÓ I BARÓ, uno de los mas significativos pintores orientalistas que han tenido un merecido reconocimiento en el extranjero. Su obra colorista y exótica nos lleva a mundos que escapan a la realidad y que nos ponen de manifiesto que en este nuestro país existe una cantidad ingente de genios de las artes y las letras que no han sido lo suficientemente reconocidos. Es por ello que hoy mi reconocimiento y espero que el vuestro, lo sea hacia la figura de este hombre, y sus obras avalan cuanto os digo.
Como bien podéis apreciar por esta primera muestra, JOSEP TAPIRÓ fascinó al público con sus exóticas acuarelas, gracias a una temática exquisita y una técnica no menos excepcional. Fue amigo de otro grande de nuestros artistas Mariano Fortuny, y después de un recorrido vital del que ahora nos ocuparemos, terminó por instalarse en la medina de Tanger, donde residió hasta su muerte en 1913.
Josép Tapiró consiguió penetrar en la sociedad musulmana y la interpretó, pero desde un prisma bien diferente al resto de sus colegas de la época: desde el prisma de la sociedad diaria.
Nuestro protagonista de hoy nació en Reus, el día 7 de febrero de 1836, comenzando su aprendizaje dentro del mundo artístico en la academia del pintor Domingo Soberano, en la cual coincidió con otro "grande" Mariano Fortuny, una amistad que mantuvieron de por vida.
En 1853 se estableció en Barcelona para estudiar en la Escuela de Llotja, donde fue meritorio discípulo del maestro de la pintura nazarenista catalana, Claudio Lorenzo. Cinco años mas tarde se instala en Madrid y estudia en la Escuela Superior de Pintura y Grabado, asistiendo también a la academia de Federico de Madrazo.
Como podréis apreciar sus inicios no pudieron ser mas impresionantes, lo que le valió que en 1860, en Barcelona, llevara a cabo con Antoni Cuyàs i Rovira la decoración de la fachada de la Diputación, con la finalidad de recibir con los máximos honores al batallón de voluntarios catalanes que regresaban de África.
En el año 1862, Tapiró se instaló junto a su amigo Mariano Fortuny en Roma, donde estudiaron profundamente la técnica de la acuarela con la finalidad de aplicarla a la descripción costumbrista de los ambientes populares. De esta manera conseguía dar vida a las formas con todo detalle: los mendigos, campesinos, niños jugando, religiosos, jóvenes, todos servían como protagonistas de su obra. Evidentemente, y con la finalidad de subsistir Tapiró vendió numerosos encargos, siguiendo el estilo impuesto por Ernest Meissonier, recurriendo a un estilo preciosista que remitía continuamente a Fortuny.
Mas fue en 1871, cuando Tapiró marchó al norte de Marruecos con Mariano Fortuny y Bernardo Ferrandiz, en una especie de excursión de dos simples semanas, pero que marcaron para siempre el sentido de la obra de Josep Tapiró. Gracias a los conocimientos que tuvo la ocasión de hacer en Tanger, supo de la obra de George Lairin y Henri Regnault, ambos residentes, por entonces, en Tanger.
En 1873 se trasladó de nuevo a Roma, donde expuso en el Círculo Artistico Internacional con una de sus primeras obras de marcado carácter orientalista, el óleo, El gaitero árabe.
EL GAITERO ÁRABE
Pero no todo fueron buenos momentos en la vida de Josep Tapiró i Baró, en 1874 muere su gran amigo y compañero de viajes, Fortuny, lo que supuso un verdadero giro en su obra.
A partir de entonces viaja a Paris, mas poco tiempo después se trasladó a su ciudad natal para pasar una temporada, y posteriormente viajó a Tanger. Este viaje supone una total inspiración para la obra de JOSEP TAPIRO, pues su pintura se inclina hacia el género orientalista, dando paso a una descripción, del todo precisa y definitiva del mundo tangerino. Sus obras tienen una precisión extraordinaria, sus retratos son más que pinturas, son eso "retratos", de una verosimilitud exquisita.
Poco a poco va consagrándose, manteniendo un estilo que pasea por las Galerías mas conocidas de Londres, en la zona de Picadilly Circus.
Ya en 1877 se establece definitivamente en Tánger, donde adquirió un antiguo teatro que convirtió en taller. Como todo artista fue cuestionado, como siempre que alguién decide cultivar determinados aspectos de una cultura, en este caso, la musulmana y la hebrea. Pero sin perjuicio del valor documental que ofrecen sus obras, nos encontramos a un JOSEP TAPIRÓ I BARÓ que supo captar ese ambiente de ciudad abierta a todo un mundo occidental.
Si nos situamos en el contexto exacto de su obra, podemos apreciar, claramente, dos grupos; uno de ellos, formado por cuadros de costumbres, en los que podemos apreciar escenas cotidianas y ceremonias tradicionales, todo ello deliciosamente expresado, y el segundo, el conjunto de retratos que nos ofrecen la diversidad humana del pueblo magrebí. Como podréis comprobar son numerosísimos los retratos que JOSEP nos ha legado y que constituyen una muestra de su extraordinario valor como retratista.
En 1878, se presentó en la Exposición Universal de Paris con una obra de carácter orientalista "Los preparativos de la boda de la hija del cherif de Tanger". Esta obra había sido comenzada a realizar en Tanger, si bien fue terminada en Roma, antes de ser enviada a la Exposición.
Su éxito fue total, y está considerada como una de las mas hermosas y ricas pinturas de Josep Tapiró, realizada con un estilo preciosista encantador, y en la que se nos representa el momento en que una doncella prepara a una joven que va a desposarse. El momento queda recogido bajo la arcada de la torre del jardín del palacio del gobernador, en el interior de la alcazaba tangerina.
Sus exposiciones se sucedían, gracias a la demanda que las galerías hacían de su obra. Destacamos, entre otras, "La novia bereber" y también "Fiesta Issawa"; esta representa una tradición religiosa tangerina, la de la procesión anual de los miembros de la cofradía de los Issawa.
Su éxito se vió consagrado con la segunda medalla en la Exposición Universal de Paris de 1889 o la medalla única de la World´s Columbian Exhibition de Chicago de 1893. Destacar también la segunda medalla en la Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas de Barcelona.
Haciendo un pequeño paréntesis que nos lleva a su vida personal, en el año 1886 contrajo matrimonio con Maria Valerega Cano, de 27 años, -Josep tenía 50-. Esta joven era natural de Tanger, siendo su padre italiano y su madre española. Con el tiempo adoptarían un hijo, un huérfano judio, llamado Mesod Benitah, gracias al cual su obra fue conservada, a la muerte del artista, en el museo dedicado a su obra.
Mas poco a poco su salud fue degenerando, y su pintura, alejada de las nuevas corrientes vanguardistas, fue un tanto criticada. En el año 1907 se decidió por viajar a Madrid, para vender sus acuarelas, y no le fue del todo mal, pues la Academia de Bellas Artes adquirió, en nombre del Estado, retratos como "Parache el bailarín de Marraquech" y "Santón Darcuguy de Tafilalt", que se encuentran en el Museo del Prado. Amen de ello el Círculo de Bellas Artes le nombró socio honorífico.
JOSEP TAPIRÓ I BARÓ falleció el 4 de octubre de 1913, a causa de una insuficiencia respiratoria, tenía 77 años. Su pérdida fue muy lamentada por el pueblo de Tánger, que supo valorar el mérito de la persona y la obra de este excepcional pintor español.
En su estudio en Tánger
GRACIAS POR VUESTRA ATENCIÓN
ORIENTE SIGUE TENIENDO SU MISTERIO
JOSEP TAPIRÓ I MIRÓ NO SÓLO SUPO VERLO,
SINO TAMBIÉN CAPTARLO BELLÍSIMAMENTE.
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