miércoles, 28 de mayo de 2014

LA BALSA DE LA MEDUSA- Théodore Gericault



LA BALSA DE LA MEDUSA

Bienvenidos todos, hoy empezamos con un tema que, sin duda, para los que no conocéis este óleo sobre lienzo de THÉODORE GERICAULT, os va a impactar, por la historia verídica que plasmó en el mismo.
Empecemos, pues, con la historia que Théodore llevó al lienzo, y seguiremos después por analizar su técnica y conocer un poco sobre la biografía de este gran artista que viene a representar la corriente romántica por el tema elegido y el carácter dramático que imprimió a la representación de este hecho histórico tan deleznable, para la cual el pintor introdujo en su estudio una réplica de la balsa a tamaño natural y figuras de cera que cambiaba a su antojo. Sus personajes son el resultado de numerosos bocetos previos, y en ellos podemos ver rasgos de figuras de Miguel Angel, por el aspecto musculoso de cada personaje. El cuadro nos ofrece una mezcla de belleza y horror.



Theodore Gericault  por Alexandre Colin

Este lienzo fue expuesto por primera vez en el Louvre, en 1819, y provocó una reacción de total repulsa por parte de la sociedad, pues dio a conocer al mundo una tragedia que vino a demostrar lo que todo gobierno intenta siempre ocultar: el peor aspecto de su sistema político.
Este terrible episodio tuvo lugar durante los primeros años de la conocida como Restauración, en el pais galo, régimen que vino a restituir la dinastía borbónica, tras la derrota definitiva de Napoleón.
Los hechos son como siguen:
En el mes de julio de 1816, una fragata -La Medusa- inició una travesía que partía junto a una flotilla de la isla de Aix, cerca de Burdeos. Su destino era Senegal, y ello como consecuencia de que, una vez que la paz había vuelto tras las guerras de la etapa napoleónica, esta flotilla tenía la misión de recuperar y mantener el control sobre las posesiones francesas en Africa. 

Detalle del óleo

Entre las personas de la expedición que iban en el barco había militares, funcionarios y colonos, incluso científicos, con la finalidad de investigar el territorio. También viajaba en el barco La Medusa, el coronel Julien Schmaltz, pues había sido nombrado por el rey Luis XVIII gobernador del Senegal. El mando fue encomendado a un "ultramonárquico" que llevaba más de veinte años sin navegar, Hugues Chaumareys, cuyo principal mérito era ser eso "ultramonárquico". Evidentemente, durante el viaje cometió infinidad de errores, pues tal "cualidad" no le daba la capacidad para mandar un barco, y partió alejándose del resto de los navíos que formaban la expedición, haciendo el viaje en solitario. Su ignorancia marítima llegaba a tal extremo que se equivocaba en la lectura de los mapas marítimos, y a la altura de Mauritanía se metió en aguas poco profundas y el barco encalló, en el llamado banco de Anguin, el 2 de julio. El hecho cierto es que la situación se complicó, pues se desembocó una tormenta, que hizo que los tripulantes del buque tuvieran que abandonar éste.
Eran 400 las personas las que viajaban en el barco. Chaumareys y sus oficiales se subieron a los botes, para poner a salvo sus vidas, en tanto 150 marineros y soldados, así como una cocinera,  tuvieron que refugiarse en una especie de balsa que pudieron construir a la ligera, con unas dimensiones de 15 por 8 metros. Los que permanecían en la balsa estaban convencidos de que los botes les remolcarían hacia la costas, pero el "heroico y ultramonárquico" capitan del buque Hugues de Chaumereys, considerando un lastre arrastrar aquélla, optó por soltar las amarras que les unían y la abandonó a su suerte.




Planos de la  balsa


No cabe la menor duda de que el horror hizo mella en todo aquél que quedó en plena mar. Tantas personas en una sencilla balsa: el primer problema fue el del espacio, pues los que no cabían se hundían en el agua y todos querían posicionarse en el centro de la misma. La primera noche conoció la muerte de veinte personas que se ahogaron, la segunda noche, el pánico y el espíritu de supervivencia en las circunstancias mas adversas llevó a que unas personas se enzarzaran con otras, y el resultado fue la muerte violenta de 65 personas mas. Los heridos graves, que no podían aguantar esta situación, fueron arrojados al mar, sin más, por lo que murieron ahogados. Una semana después, los supervivientes alcanzaban los 28, pero aún eran muchos para una balsa de tales características, amén de no contaban ni con agua, ni con comida alguna. Terminaron por beber su propia orina; pero lo mas terrible estaba todavía por llegar, el hambre arrojó a esas personas, desprovistas de todo raciocinio al canibalismo. De esta forma, cortaban en tiras la carne de aquellos que morían, la dejaban desecar al sol, y así se iban alimentando.

Detalle de cadáver en la balsa

Este terrible sufrimiento se desarrolló durante trece días, ya solo quedaban quince supervivientes, y fue entonces cuando avistaron a otro de los barcos que salíó del puerto junto con La Medusa, que les rescató "El Argus".

Detalle del lienzo, observad los miembros amputados

La historia de este luctuoso hecho fue censurada por el gobierno que impidió que se conociera el mismo. Pero dos de los supervivientes del naufragio el cirujano Jean-Baptiste Savigny y el ingeniero-geógrafo Alexandre Corréard se decidieron por publicar un libro en el que narraban toda la atrocidad de lo ocurrido, el comportamiento del capitán y el de todos aquéllos que con su negligencia provocaron tanta muerte y desolación.
El conocimiento de este hecho desató una fuerte corriente de sentimiento de horror en el pueblo de Francia, multiplicándose gacetillas, panfletos y grabados que describían con todo lujo de detalles lo ocurrido. Ello trajo como consecuencia la denuncia por parte de la oposición liberal al régimen monárquico de su incompetencia, al nombrar capitán de una embarcación a un "ultramonárquico", carente de conocimientos y valor para afrontar tal situación, al que se le hizo un consejo de guerra y fue condenado a tres años de cárcel -poco, considerando el horror que provocó-.


Sobre este trágico hecho Théodore Gericault realizó un cuadro que causó una gran conmoción, después de dos años de estar prohibida su exposición al público. Al final se expuso, en el Salón de Paris, que se inauguró el 25 de agosto de 1819, y a pesar de que su título inicial fue el de "Escena de naufragio" y de que se colgó en un lugar elevado, el tema del lienzo en cuestión causó un gran clamor: todo el público lo asoció con el naufragio de "La Medusa".

Esbozos de miembros amputados

Gericault planteó su obra sobre un lienzo de grandes proporciones, cinco metros de alto por siete de ancho, para el cual hizo numerosos bocetos -como el que recojo en la imagen inmediatamente anterior-, amén de estudios sobre cadáveres y restos humanos. Los personajes que inundan, valga la palabra, la balsa de La Medusa presentan todo un cuadro de las mas terribles expresiones, desde la desesperación mas absoluta, hasta la esperanza de aquéllos que ven llegar el barco en el horizonte que pudo rescatarles. Ni el mismo Dante hubiera podido reflejar una situación semejante, la balsa prácticamente rota por el fuerte oleaje, los cuerpos de los muertos, ya putrefactos, mutilados, a lo largo de la balsa. Y un dato curioso, que se que siempre gustan al lector: el joven hombre muerto que sostiene el anciano del manto rojo es el retrato de Delacroix, que fue amigo íntimo de Gericault. A su vez, Delacroix retrató a Gericault como uno de los muertos en el infierno que cruza su Barca de Dante

La Barca de Dante, de Delacroix
(podemos observar el "cadáver" de Gericault)


Breve reseña biográfica del autor.-
Jean-Louis André Theodore Gericault nació en Ruan (Francia, el 26 de septiembre de 1791 y falleció en París, el 26 de enero de 1924), estando considerado como el prototipo del artista romántico, su vida fue corta y atormentada, mas no por ello su producción fue escasa
Desde que se inició en la pintura, Gericault mostró cualidades que le diferencian de los pintores neoclásicos de la escuela de Jacques-Louis David; prefirió tratar temas de la vida cotidiana, llevándolos a la categoría de hechos heroicos. Su temática nos hace conocer la desesperación y el sufrimiento de las personas, un pintor puramente romántico, más provisto de un carácter poco dócil.
Falleció tempranamente, quizás debido a un cáncer de huesos, lo que le impidió llevar a cabo pinturas de gran formato, a las que era aficionado.

Tumba en el Cementerio de Pére Lachaise

Lateral en el que puede observarse "La balsa de la Medusa"

"Ni la poesía ni la pintura podrán jamas hacer justicia al horror y a la angustia de los hombres de la balsa". Con estas palabras Théodore Gericault acusa abiertamente al Estado Frances, no solo de engañar a sus ciudadanos, ocultando la información, sino que la monarquía fue atacada de indiferencia por el malestar de sus "súbditos" y puso de manifiesto que un escogido por sus ideas afines al régimen fuera designado como capitán, pese a su falta de conocimiento, llegando a desencadenar un auténtico desastre.


BUEN DIA A TODOS, Y REFLEXIONAD, ESO

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