miércoles, 14 de mayo de 2014

SOFONISBA ANGUISSOLA: La presencia de la mujer en el Renacimiento


Buenas tardes a todos, nadie queda excluido, faltaría mas, de este paseo por el mundo de las artes y de las letras: un mundo fascinante, y que cada día nos ofrece la posibilidad de descubrir maravillas (incluida yo, eh?, que no es que sea una erudita).
Hoy nos vamos al Renacimiento, y sirviéndonos de la obra de una pintora italiana, SOFONISBA ANGUISSOLA, nacida en Cremona, en el año 1532 y fallecida en Palermo, en 1625 (una larga y fructífera vida la de esta pintora). La primera mujer que firmó sus propias obras, algo que, por entonces, era del todo una provocación, en una sociedad llena de prejuicios y en la que el papel de la mujer era el de simple esposa y madre ejemplar.


Esta joven cuyo autorretrato podemos ver y observar detenidamente perteneció a una familia de la nobleza genovesa. Su padre se llamaba Amilcare Anguissola, en tanto su madre, Bianca Ponzone, pertenecía, igualmente, una buena familia.
Los padres de Sofonisba tuvieron siete hijos, un único varón, al que llamaron Ásdrúbal, y seis hijas, de las que Sofonisba era la mayor. Sus hermanas tenían nombres tan bonitos y sugerentes como Elena, Lucía, Europa, Minerva y Ana María, y desde bien pequeñas sus padres trataron de inclulcar en todos ellos una cultivada educación, y por supuesto, entre la misma estaban las llamadas "Bellas Artes".
Sofonisba que era la mayor, un nombre poco común, como podréis apreciar, fue llamada así como la hija del general cartaginés Anibal Giscón, pues la familia de aquella tuvo durante relación directa, por línea paterna con la antigua Cartago.
El hecho cierto es que todas ellas cultivaron la pintura, si bien fue Sofonisba la que mas sobresalió, evidentemente, por sus cualidades; su hermana Elena se hizo monja, -a continuación veréis un retrato de ella-, y evidentemente, abandonó la pintura. Sus hermanas Ana María y Europa abandonaron, igualmente, dicha disciplina artística al contraer matrimonio y Minerva se decantó por las letras. Su único hermano Asdrúbal, si bien estudió música y latín, no llegó a cultivar la pintura.

Retrato de Elena Anguissola

Como ya he comentado anteriormente, su padre, hombre inteligente y que sabía  valorar la capacidad artística de su prole, se decidió por enviar a Sofonisba y a Elena a estudiar con un pintor de retratos, llamado Bernardino Campi, nacido en Cremona. Mas cuando éste se marchó de la ciudad, Sofonisba continuó sus estudios con Bernardino Gatti, durante tres años. 

Es en el año 1554 cuando Sofonisba viaja a Roma y tiene la oportunidad de conocer a Miguel Angel, quien reconoció en la joven pintora todo un talento; no en balde acostumbraba a darle notas y apuntes de su cuaderno para que ella le imprimiera su sello personal y el resultado fue un auténtico descubrimiento por parte de Miguel Angel.

Las hermanas de Sofonisba jugando al ajedrez

Evidentemente, el éxito que le fue reconocido a Sofonisba lo fue en tanto en cuanto su obra se limitaba al retrato, fundamentalmente, pues su condición femenina le impedía pintar del natural -ni pensar en un cuerpo desnudo, y tampoco directamente de la Naturaleza, pues supondría hacerlo en el exterior-. Su vida y su obra se reducía a las estancias de los lugares en los que era requerida para realizar sus composiciones. 
Es por ello que entre sus obras figuran sus propios autorretratos, los miembros de su familia, y personalidades que requirieron sus servicios, eso sí, dentro de un ámbito privado. 
Su ambición dentro del mundo de la pintura la lleva a Milán, en el año 1558, y allí realizó un retrato al Duque de Alba. Tan satisfecho quedó este con el resultado que la recomendó al rey de España Felipe II, y con tan sólo 27 años, se personó en la Corte Española, donde además de pintar distintos retratos de palacio, se convirtió en dama de compañía de la reina Isabel de Valois.

Retrato de Felipe II
(Atribuido en principio a Sánchez Coello)

Isabel de Valois

Establecida, con una buena posición en la corte de Felipe II, se dedica fundamentalmente a retratos de corte, entre los que destacan las pequeñas infantas Isabel Micaela  y Catalina Clara Eugenia, hijas de Isabel de Valois.

Infantas Isabel Micaela y Catalina Clara Eugenia

Mas como consecuencia de un triste suceso, la muerte de Isabel de Valois, el rey Felipe II, sabedor de que la pintora, con 38 años, aún continuaba soltera, le presenta al que sería su primer esposo Don Francisco de Moncada, príncipe de Paterno, virrey de Sicilia. Tal es la consideración que Felipe II tiene de Sofonisba que la dota espléndidamente y el matrimonio se celebra, por lo que ambos marcharon a Italia, mas por poco tiempo pues volvieron a España, siguiendo después hasta Palermo, donde falleció el marido en 1579.

Ana de Mendoza, Princesa de Éboli

Poco después de quedar viuda, Sofonisba conoce a Orazio Lomellino, capitan del barco en el que ella viajaba hacia Cremona y se casan en Pisa, en 1580. Este hombre siempre respetó el trabajo de la que fuera su esposa, animándola a que desarrollara su aptitud hacia la pintura, pues residiendo en Génova, Sofonisba pudo contar con un estudio en el que disfrutar y deleitarse con su pintura. Fueron unos años felices para nuestra protagonista, cuyo prestigio era reconocido por muchos artistas, a los que recibía en su residencia.

Corisande, Condesa de Guiche y su hija

Retrato de Tres niños con perrito

El estilo de pintura que cultiva Sofonisba destaca por el tratamiento que da a la luz, siguiendo el estilo lombardo y dando especiales pinceladas, con un color vivo, en los rostros, las manos y presta especial atención a la oscuridad de los fondos.
Su obra se muestra en numerosos Museos, todos ellos, de renombrada categoría como el Buckingham Palace, en Londres, el Pollock House, en Glasgow y la National Gallery, de Dublín, en Irlanda. El Museo del Prado también ofrece muestras de su producción, como el retrato de Isabel de Valois o el de Felipe II. También galerías en Bérgamo, Budapest, Milán (Pinacoteca de Brera), Nápoles, Siena y Florencia (Galería Uffizi).

Isabel de Valois

Sofonisba Anguissola es la autora de un cuadro que fue inicialmente atribuido a El Greco, titulado "La dama del armiño", que se exhibe en el Museo Pollock House, en Glasgow, Reino Unido).

La dama del armiño

Ha sido precisamente la falta de firma de sus pinturas la que ha dificultado la identificación de éstas, todo ello consecuencia de los convencionalismos sociales que tanto mal han hecho a la capacidad y desarrollo artístico de las mujeres, así como a la libre expresión de sus intereses y convicciones.

Retrato de Minerva Anguissola

Sofonisba Anguissola falleció a la edad de 93 años, en la ciudad de Palermo, y su obra no solo puede y debe ser reconocida por la calidad de la misma, sino por algo fundamental, porque pese a los convencionalismos de su época supo y alcanzó abrir las puertas del mundo del Arte a las artistas femeninas, muchas de las cuales siguieron su ejemplo, y nos han dejado una estela maravillosa de su capacidad artística y de su dedicación a aquéllo para lo que realmente estaban destinadas: MOSTRAR LA BELLEZA a través de su obra.
Entre sus sucesoras podemos destacar a Lavinia Fontana, Barbara Longhi, Fede Galizia y Artemisa Gentileschi (de las que nos ocuparemos otro día, ya me ha "picado" la curiosidad).

Autoretrato realizado en sus últimos años

Con palabras pronunciadas por Sofonisba doy por concluido el tiempo dedicado a esta artista excepcional en este espacio, palabras que rezan en el siguiente sentido:

"La vida está llena de sorpresas; intento capturar estos preciosos momentos con los ojos bien abiertos"

Delicioso detalle de su autorretrato 
LOS OJOS DE SOFONISBA


TODA TU, ROSA DEL RENACIMIENTO

Fuentes: Wikipedia.

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