Kobayashi Kiyochika
A finales del siglo XIX y principios del XX la sociedad en general vivió momentos de gran cambio, y por supuesto, las artes conocieron de esa continua evolución que suponía adaptar a determinadas culturas, como la japonesa, elementos que hasta entonces eran propios de la llamada sociedad occidental.
En el aspecto del arte, y por lo que respecta al grabado, la litografía, la ilustración y la pintura KOBAYASHI KIYOCHICA (1847-1915) fue un artista japonés que destacó por sus litografías para las que adoptó los efectos de las que se utilizaban en occidente, así como sus grabados del bloque de madera de color, conocidos como Ukiyo-e.
Es el suyo un trabajo que viene a documentar la modernización y occidentalización japonesa, para lo cual se sirve de determinadas sensaciones de luz y sombra (kõsen-ga).
Kobayashi Kiyochika nació en el seno de una familia más que numerosa, en la que su padre ejercía de funcionario, siendo el pequeño de nueve hermanos.
Tras el fallecimiento de éste, en 1862, y pese a ser el menor asumió el control de la familia.
Su actividad durante sus años de juventud estuvo marcada por su participación en la guerra de Boshin, en 1868, del lado del shõgun, si bien a raíz de la derrota de éste en Toba-Fushimi en Kyoto regresó a Osaka. Ello no le impidió volver a entrar a servir bajo las órdenes del shõgun, regresando por tierra a Edo.
Tras la definitiva derrota trasladó su residencia a Shizuoka, donde permaneció durante algunos años.
Regresó a Tokio en mayo de 1873 con su madre,más el fallecimiento de ésta le llevó a centrarse en el mundo artístico, afianzando sus técnicas de pintura. Es a partir de ese momento cuando empieza a trabajar en series de grabados, así como impresiones con estilo occidental.
Su último periodo artístico estuvo marcado por la dedicación a la pintura, inspirado por la escuela Shijõ. No obstante, fueron sus caricaturas en el Marumaru Shinbun las que más vienen a caracterizar la obra de Kiyochika, destacando su sentido del humor, a base de marcar las diferencias entre los japoneses y los extranjeros, si bien, en ocasiones representaba a estos últimos con tintes de inferioridad.
En su obra nos viene a mostrar una preocupación especial por la luz y la sombra que vino a convertirse en moda en Japón en la década de 1870. Su paleta se conforma a base de colores tenues que son toda una delicia.
Una muestra más de que el arte y su evolución no conoce de las fronteras y, en muchas ocasiones, la inclusión de determinadas técnicas y elementos propios de otras culturas resultan verdaderamente interesantes para lo que viene a ser la historia del Arte.
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Fuentes: Wikipedia.
https://tiposdearte.com
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