viernes, 29 de marzo de 2019

EL GRAN BUDA DE LESHAN.- Buscando la protección de los dioses.



Empezamos esta entrada con una propuesta que seguro os gustará, pues una vez más nos lanzamos a la aventura y nos trasladamos nada menos que a China, donde podemos disfrutar de una obra impresionante: EL GRAN BUDA DE LESHAN, cuyo aspecto impasible e imponente nos sorprende, labrado que fue en un precipicio del Monte Emei.


Es la estatua esculpida en piedra de Buda más alta del mundo, siendo construida durante la dinastía Tang.
Su emplazamiento en las confluencias de los ríos Min Jiang, Dadu, y Qingy, en la parte sur de la provincia china de Sichuan, próxima a la ciudad de Leshan. Es un espectáculo ver cómo el agua de los citados ríos corre por los pies del gran Buda.



EL GRAN BUDA DE LESHAN, también conocido como Buda Gigante o Dafo de Leshan tiene una altura de setenta y un metros y representa a un Buda Maitreya, cuyas manos están apoyadas sobre las rodillas. Entre hombro y hombre una distancia de 28 metros y el dedo más pequeño de cada pie puede servir como holgado asiento para una persona. Cada oreja tiene una longitud de 7 metros.



En su cabeza existe un mirador, al que se puede ascender para ver la espectacularidad de esta escultura y todo el paisaje, bajando por una escalera construida pegada a la roca.


Esta espectacular figura se la debemos al ingenio de un monje llamado Haitong, allá por el año 713 dC, y todo ello por el hecho de que la confluencia de las corrientes de los tres ríos suponían un gran peligro para las embarcaciones de los pescadores y cuando los caudales crecían en exceso se inundaban los pueblos más cercanos.



En base a ello proyectó construir un símbolo sagrado que sirviera de protección, lo que agradó a los gobernadores y se llevaron a cabo colectas de fondos públicos para cubrir los gastos. No obstante, dado la demora en el tiempo y el coste de los trabajos, las autoridades pensaron que el monje Haitong había desviado dinero y le amenazaron con sacarles los ojos -esto es pura leyenda-, a lo que el monje respondió sacándoselos él por sí mismo. 


Fueron 90 los años que se tardaron en completar la obra que fue finalizada por los discípulos de Haitong, los escombros fueron tirados a los ríos, haciendo que el caudal de éstos se convirtiera en más manso, lo que fue atribuido a la bondad de Buda.


En 1996, la Unesco incluyó al gran Buda de Leshan junto con el paisaje panorámico del monte Emei en la lista de los lugares considerados como Patrimonio de la Humanidad.


Y es que en cuestión de belleza, de grandiosidad, el ser humano ha sido y sigue siendo capaz de crear espectaculares obras, que no sólo se miden por su tamaño, sino por su singularidad, perpetuándose para las siguientes generaciones.



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Fuentes: Wikipedia.
Viajes. National Geographic.

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