Nuestra personalidad de hoy no es otro que JUAN RAMON JIMENEZ, y el hecho de que pasemos con él un buen momento de lectura y comunicación no es otro que el centenario que se cumple este año de la obra tan conocida de éste, PLATERO Y YO.
Sin embargo, han existido muchas razones de distinta índole que han propiciado que la obra de JUAN RAMON JIMENEZ no sólo haya sido mal leída, sino también mal comprendida. Éste, llevado por un espíritu de perfección corrigió y reescribió mucha de su obra, lo que, indudablemente, ha contribuido al análisis completo de ésta.
Con la publicación de dos obras que tienen como protagonista a Juan Ramón Jimenez, una de ellas "Por obra del instante", que reúne entrevistas concedidas por el autor, editado por la Fundación José Manuel Lara, y la otra "Vida", gracias a "Pre-Textos", donde nos habla de las circunstancias que han facilitado el desarrollo de su obra, y su vida, durante la guerra y el exilio, podemos reafirmarnos en la categoría poética de Juan Ramón Jiménez.
Durante años y como consecuencia de la situación política de este país Juan Ramón Jimenez fue minusvalorado, pero el siempre supo mantenerse en una línea firme, fue un poeta exigente y tenaz. En palabras de Juan Ramón, su obra no hace sino dejar caer de vez en cuando algunas de las joyas del tesoro que lleva dentro.
La vida, la obra, su concepción de las cosas, del mundo en el que le tocó vivir todo ello podremos apreciarlo si apostamos por la publicación "VIDA", de la que resulta un hombre recto, exigente consigo mismo e indudablemente muy reflexivo.
Sus obras entretejidas de fuerza y sensibilidad nos ofrece el posicionamiento mental de nuestro autor, y su sincera opinión sobre otros poetas de su generación. Su creación es extensa, profunda, pero no por ello exenta del sentimiento mas puro. Su lírica evolucionó desde las últimas derivaciones del modernismo hacia una poesía, a la vez emotiva e intelectualista.
No podemos ni debemos pasar por alto la presencia de la esposa de Juan Ramón Jiménez, y su influencia en su obra, Zenobia Camprubí, una mujer excepcional que amó, con todo su corazón, a su marido.
Sus dos primeros volúmenes de versos, Ninfeas y Almas de violeta, debieron sus títulos a la sugerencia de Valle-Inclán y Rubén Darío. Es de todos conocido su carácter con tendencia a la melancolía, marcado por la muerte de su padre que le produjeron repetidas crisis nerviosas, pasando temporadas en sanatorios de Burdeos y Madrid. Datan de esta época sus libros Rimas (1902), Arias Tristes (1903) y Jardines Lejanos (1904), todos ellos llenos de musicalidad y de amor por la naturaleza.
Podríamos seguir, pero la producción poética de JUAN RAMON JIMENEZ es exhaustiva: Eternidades, Piedra y cielo, Poesía, Belleza....los deliciosos retratos líricos que integran el libro Españoles de tres mundos, que fueron publicados casi todos en la revista "Indice".
Las colecciones de textos Unidad, Obra en marcha, Sucesión, Presente y Hojas sueltas, fueron seguidas de Cantico, coincidiendo con el estallido de la Guerra Civil.
Este hecho llevó a Juan Ramón Jimenez a marchar a Washington, donde fue nombrado agregado cultural. Su trayectoria vital le llevo a Cuba y Puerto Rico, en cuya Universidad impartió clases, y donde retomó la escritura, dejándonos obras de la categoría de La Estación total, Romances de Coral Gables y Animal de fondo, en las que destaca su búsqueda de la belleza absoluta y una manifestación de lo eterno.
Juan Ramón Jimenez falleció, en 1958, en San Juan de Puerto Rico.
Primera edición de Platero y yo
Estatua de Platero en la Casa Museo de Juan Ramon Jimenez en Moguer
BUENAS TARDES A TODOS
FELIZ DIA
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