El poema Se Querían forma parte del libro La destrucción o el amor de Vicente Aleixandre escrito entre los años 1932 y 1933, y publicado el año 1935. Por este libro Vicente ganó el Premio Nacional de Poesía.
SE QUERÍAN
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura, labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.
Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.
Se querían de noche, cuando los perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca.
Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente solo.
Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando…
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.
Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.
Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.
Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
1926. Oleo sobre lienzo 61 x 50 cm
Mueso de Bellas Artes de Grenoble (Francia)
NOMBRE: LES EPOUX
Giorgio de Chirico, en su periodo metafísico, intentó desvelar los misterios de la vida y situarnos ante secretos insoldables del tiempo. Para ello utiliza un lenguaje hasta entonces inexistente en el que el hombre reducido a objeto -solitarios maniquíes asexuados y sin rostro- queda inmóvil en un espacio desolado y melancólico. Estos muñecos con frecuencia sostenidos por soportes, aparecen en un escenario donde la realidad se disloca. Son los exteriores sin fondo con suelo de madera, los objetos absurdos, el cuadro dentro del cuadro. Todo se hunde en el ensueño y el silencio nos habla de un enigma que somos nosotros mismos.
Fuentes: Revista Album. Letras y Artes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario