En el año 1894, en Madaba, fue iniciada por una comunidad cristiana ortodoxa la construcción de una iglesia, la conocida como Iglesia de San Jorge.
Siguiendo la normativa otomana la construcción de una nueva iglesia sólo podía realizarse sobre las ruinas de otra, en el caso que nos ocupa, bizantina, por lo que se procedió, una vez retirados los restos de la anterior, a levantar nuevos muros y tejado.
La obra en cuestión tuvo como arquitecto director a Atanasio Andreakis, a la sazón nombrado por el patriarca ortodoxo de Jerusalén.
Curiosamente, cuando comenzaron los trabajos por parte de los encargados de tal menester, los hermanos Francis Maroum y Bishara Ilias Maroum descubrieron la aparición de un mosaico más que singular, ya que contenía la representación de diferentes ciudades, con sus correspondientes accidentes geográficos e inscripciones en griego.
Evidentemente, la magnitud del descubrimiento fue comunicada al patriarca de Jerusalén, quien decidió encargar los trabajos de investigación a un experto, Cleopas Koikylides, quién fue consciente de la importancia del mosaico, ya que era un mapa mosaico de Tierra Santa, el más antiguo conocido, datado en el siglo VI de nuestra era.
En el mapa en cuestión aparece la Iglesia Nea de Jerusalén que fue consagrada el 20 de noviembre de 542, si bien no aparecen edificios posteriores al año 570, por lo que se da por hecho que fue construido entre los años 542 y 570, por parte de artista o artistas desconocidos miembros de la comunidad cristiana de Madaba, ciudad que fue conquistada en 614 por el Imperio persa. Con el gobierno de la dinastía Omeya, dirigida por musulmanes, el mosaico sufrió la pérdida de diferentes piezas, a lo que contribuyó el terremoto que en 746 destruyo Madaba, siendo abandonada por la mayoría de la población.
Es así que llegado el año 1894, descubierto el maravilloso mosaico, necesitó de una gran inversión para su recuperación total, que lo fue gracias a la Fundación Volkswagen, y su más que generosa donación en 1964 de 90.000 DM; su restauración fue encargada a los arqueólogos Heinz Cüppers y Herbert Donner.
No obstante es de destacar el hecho de que cuando el mapa-mosaico fue descubierto en 1894, el Patriarca de Jerusalén ordenó al más cualificado investigador, el catedrático Georgios Arvanitakis, de la Escuela de la Teología de la Santa Cruz, la realización de una copia exacta del mismo, a la vez que un plano de la iglesia; es así como se pudo comercializar su diseño, llevando a cabo numerosas reproducciones para conocimiento de la Humanidad.
Esta maravillosa obra de arte estaba compuesta aproximadamente por más de dos millones de teselas, y se encuentra en el ábside de la iglesia de San Jorge; es de significar que si bien los mapas modernos están orientados hacia el norte, el mapa de Madaba lo está hacia el este, teniendo unas medias de 21 x 7 metros originalmente, a día de hoy sus dimensiones son de 16 x 5 m.
Es la ciudad de Jerusalén la que aparece representada con mejor visibilidad, toda vez que se pueden apreciar dos de sus calles, la conocida como puerta de Damasco, varias iglesias, como la del Santo Sepulcro, y la de la Madre de Dios.
Asimismo se observan distintos accidentes geográficos, el Mar Muerto, en el que aparecen dos barcos de pesca, varios puentes que unen las orillas del río Jordán, y en éste la presencia de tres peces nadando, la ciudad de Jericó, fortificada y rodeada de palmeras, Getsemaní, Lod, ciudad que está representada sin fortificar, Belén, la Puerta de los Leones, la Iglesia de los Teotocos, la Torre de David y el Cardo Maximus; en resumen, podemos afirmar que el mapa está realizado en torno al río Jordán y al Mar Muerto.
Posteriores investigaciones han venido a encontrar cierta similitud entre el mapa mosaico de Madaba y la Tabula Peutingeriana.
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