sábado, 7 de noviembre de 2020

NELLIE BLY.- LA CONCIENCIA DEL PERIODISMO DE DENUNCIA.

En la historia de la lucha de la mujer por conseguir la igualdad en todo tipo de derechos en una sociedad claramente dominada por la figura del hombre, destaca la personalidad de ELIZABETH COCHRAN, más conocida como NELLIE BLY.


Nellie Bly, pionera del periodismo de denuncia, consiguió su primer trabajo en un rotativo, el Pittsburg Dispatch, en 1885, tras la publicación por éste de un artículo sobre la que consideraba la posición de la mujer, afirmando que su deber natural era el ocuparse de la familia; la joven Nelly respondió con una misiva al periódico en cuestión con una contundente respuesta que llamó la atención de su redactor jefe. 

La joven Elizabeth Cochran consiguió, con tan solo 21 años, un puesto como redactora, y empezó a firmar sus artículos como NELLIE BLY.


No obstante, la tarea asignada a Nellie no era del todo de su agrado, ya que estaba encargada en el periódico de una sección "femenina", tanto es así que lo abandonó y se marchó a México para trabajar como corresponsal. Fue en México donde su conciencia social tomó cuerpo a la vista de las condiciones de vida de los mexicanos, la corrupción, la explotación que se vivía en todo ámbito, lo que denunció en algunos artículos. Todo ello trajo como consecuencia que el dictador Porfirio Díaz la obligara a salir del país.




Nueva York fue su siguiente destino, y encontró una nueva oportunidad en el New York Word, diario del que era director Joseph Pullitzer.

Las cualidades para el periodismo de investigación y denuncia de Nellie Bly fueron puestas a prueba en su primera misión, ya que debía de infiltrarse en un manicomio y denunciar la situación existente en el mismo en un reportaje.


Y para ello tuvo que hacerse "pasar por loca", y convencer a las personas que junto a ella vivían en un albergue su situación inestable. Es así como fue llamada la policía, la detuvieron y fue examinada por un equipo médico que "certificó" su "demencia", para a continuación ser ingresada en el pabellón psiquiátrico del Hospital de Bellevue.

Fue en este centro donde Nellie descubrió que junto a personas realmente enfermas había otras que no lo estaban y que habían sido ingresadas por circunstancias del todo aleatorias, con muchos intereses familiares de por medio. 


Más el hecho cierto es que la situación de Nellie se vio comprometida aún mas, ya que fue sometida a nuevos exámenes y declarada  "loca", siendo trasladada al manicomio femenino de Blackwell´s Island. En este centro Nellie Bly tomó conciencia de las condiciones de vida de las mujeres internas, que estaban condenadas a una total cadena perpetua, y les resultaba del todo imposible probar su estabilidad mental. 

Las internas eran sometidas a las más crueles vejaciones, desde hacerles pasar frío, hambre, bañarlas en agua helada y así introducirlas en las camas para dormir, eran abofeteadas y golpeadas; en definitiva, maltratadas y humilladas.

Su salida de este centro mental fue propiciada por la presencia en el mismo del abogado del periódico que le encargó el reportaje, de otra forma no habría podido escapar de tanto horror.


Con todo ello publicó un reportaje con el título de "Diez días en un manicomio", en el que denunciaba no ya solo las condiciones de vida de las pacientes, sino el trato recibido por quienes se suponían debían velar por su bienestar: las autoridades sanitarias.


Si bien el artículo tuvo un gran repercusión social, pasado un tiempo el escándalo fue disipándose, aunque se consiguió la recaudación de más de un millón de dólares y que éste fuera destinado a la mejora de la situación de los manicomios.

Nellie Bly se convirtió en una estrella del periodismo, y alcanzó fama, especializándose en un tipo de periodismo, hasta entonces, imposible para las mujeres: el de infiltración.

Es así que después de este primer reportaje, Nellie Bly se infiltró en una empresa del Lower East Side de Nueva York, y denunciar las condiciones de trabajo de las mujeres obreras; en otra ocasión, y con la finalidad de descubrir a políticos implicados en sobornos por parte de una farmaceútica, se hizo pasar por la mujer de un rico empresario del sector...



Más las peculiaridades de la vida de Nellie Bly no acabaron en su faceta periodística de denuncia e investigación, sino que abarcaron muy diferentes aspectos; en 1889, nuestra protagonista,  consiguió  que el rotativo para el que trabajaba le permitiera dar la vuelta al mundo, lo que consiguió en 72 días, es decir, ocho menos que el famoso héroe de Julio Verne. Para ello y mediante diferentes medios de comunicación, como barcos, trenes e incluidos globos, Nellie inició el 14 de noviembre de 1889 un viaje pasando por Londres, Amiens, Suez, Singapur, Hong Kong, Yokohama y San Francisco, regresado a Nueva York. Sus más que fieles seguidores compartían sus hazañas a través del New York World.


Tanta publicidad tuvo el viaje de Nellie Bly que otra revista Cosmopolitan hizo lo mismo con una joven reportera llamada Elizabeth Bisland, saliendo en sentido contrario. Mas fue Nellie Bly quien logró llegar cuatro días antes que su compañera.

El singular viaje de Nellie Bly lo realizó en solitario, sin compañía, lo que la convirtió en todo un referente de las posibilidades de las mujeres para hacer todo lo que quisieran sin necesidad de contar con nadie.

Pues llegado este punto de la historia de Nellie Bly todavía nuestra protagonista volvió a darnos muestras de su capacidad para llevar a cabo todo tipo de empresas...


En 1895 Nellie Bly contrajo matrimonio con un multimillonario, a la sazón cuarenta años mayor que ella, por lo que a su fallecimiento, fue la propia Nellie la que se hizo cargo de todos los negocios de éste, llevando a cabo numerosas reformas en sus empresas, desde el punto de vista laboral al sanitario, mejorando horarios, haciendo más viable y justa la vida del trabajador.

Nellie Bly desempeñó tan bien su profesión de periodista, como la de empresaria del metal, convirtiéndose en la primera mujer del mundo que dirigía personalmente una gran empresa, The Iron Clad Factories.


Elizabeth Cochran o Nellie Bly falleció con tan solo 57 años, el 27 de enero de 1922, tras una vida dedicada por completo no ya solo a su propio crecimiento personal, sino a favorecer y ser ejemplo del poder de toda mujer que busque su lugar en el mundo.


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Fuentes: 
Wikipedia.
Historia. National Geographic.







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