Desde la más remota Antigüedad los seres humanos han creído en la posibilidad de contactar con los espíritus de los muertos; es así que durante la Edad Media, fueron numerosos los cuentos de fantasmas, es más en una de las obras del gran William Shakespeare, Hamlet, el propio rey, regresa del mundo de los espíritus para pedir venganza por su muerte.
El llamado espiritismo, del francés, spiritisme, es una doctrina que parte de la base de la inmoralidad del alma, la naturaleza de los espíritus y sus relaciones con los seres terrenales.
Al francés Allan Kardec (1804-1869) debemos la teoría espiritista, tal y como se desprende de dos de sus más destacadas obras, El libro de los médiums (1861) y El Evangelio según el espiritismo (1864) en los que pone de manifiesto la existencia de una comunicación entre el mundo terrenal y el de los espíritus.
Define el espiritismo como la ciencia que estudia la naturaleza, origen y destino de los espíritus, además de su relación con el mundo corporal y como filosofía, toda vez que estudia, igualmente, las consecuencias morales que resultan de dichas relaciones.
Las primeras sesiones de "espiritualismo" -conocidas en Europa, como espiritismo- tuvieron lugar en la residencia de dos hermanas estadounidenses, en 1848, Maggie y Kate Fox, sesiones en las que se ponían en contacto con mundo sobrenatural.
El hecho cierto es que la posibilidad de que existiera esa comunicación entre ambos mundos suscitó el interés de gran cantidad de personas, incluso no creyentes, si bien en ocasiones, también abundaba la curiosidad.
Para desarrollar una sesión de espiritismo se necesitaba de una singular organización, como encontrar un lugar adecuado, a la sazón, cubierto, y alejado de los ruidos; preferible llevarla a cabo durante la noche, o con poca luz.
Los participantes en una sesión espiritista se sentaban alrededor de una mesa, procurando una actitud receptiva y se cogían de las manos; esta situación es la que viene a llamarse "cadena magnética", cuando las manos se sitúan en el borde de la mesa, en tanto cada dedo meñique se enlazaba con el de la mano de la persona sentada a su lado.
Se daba por supuesto que a partir de ese momento la mesa empezaba a mostrar pequeños movimientos, en tanto el médium -papel generalmente ejercido por una mujer- hacía preguntas cuyo destinatario se supone era algún que otro espíritu que habitara el lugar.
Y es así que la comunicación se llevaba a cabo de diferentes formas, como la tipología, método mediante el cual el médium a la vez que hacía una pregunta, señalaba con un punzón determinadas letras, hasta obtener una palabra o frase completa del "espíritu" en cuestión.
Otra forma de ponerse en contacto con el mundo del más allá era mediante la psicografía o escritura automática, siendo el médium la persona que de forma rápida escribía palabras transmitidas por el espíritu. Distinto era el caso de la escritura directa, en la que el propio espíritu era el que tomaba la iniciativa de escribir.
No obstante, una de las más particulares formas de comunicación era a través de la mediumnidad parlante, o lo que es lo mismo, el espíritu se apoderaba de cuerpo del médium y se manifestaba a través de éste. Esta forma de comunicación con el mundo sobrenatural estaba rodeada de toda una serie de "gestos", como la aparición de convulsiones, cambio de voz, movimientos incontrolados en la persona "poseída por el espíritu", para a continuación, cesar en esta frenética actividad y comenzar a dirigirse a las personas que formaban parte de la sesión.
El hecho de que fueran mujeres las que sirvieran de intermediarias entre este mundo y el de los espíritus generaba aún más interés entre el público, y muchas de ellas consiguieron hacerse famosas, como el caso de las citadas hermanas Fox, así como la italiana Eusapia Palladino, entre cuyas habilidades estaba la de levitar objetos e incluso "materializar" y hacer visibles a espíritus de personas fallecidas.
Ciertamente, la proliferación de este tipo de reuniones dieron también lugar a muchísimos fraudes, ya que quienes se autocalificaban como "médiums", no eran más que estafadores, que venían a jugar con la sugestión y la sensibilidad de las personas, en aras a sacar suculentos beneficios económicos y, por supuesto, popularidad. Y pese a todo tipo de engaños y escándalos las sesiones de espiritismo siguieron produciéndose durante el siglo XX, dando lugar a numerosas leyendas plasmadas no sólo en la literatura, sino en el séptimo arte: el cine.
Historias de fantasmas
Fotograma: El resplandor.
Fuentes:
Wikipedia. National Geographic (Historia).
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