Jan Brueghel el Joven
La pintura vuelve a ser la protagonista de este nuevo artículo, aunque su visión y mensaje lo será desde un punto de vista muy distinto, y nada más acertado afirmar que ya en 1640 el pintor flamenco Jan Brueghel el Joven nos mostró en una de sus obras pictóricas el ejemplo de algo que consideramos "moderno"; nada más incierto, pues en su cuadro "Sátira de la Tulipomanía" nos alerta sobre los riesgos que supone lo que hoy en día se conoce como "burbuja financiera".
Significativo es el hecho de que los protagonistas de esta pintura sean monos, representando a los especuladores y a los necios que se dejaron llevar por el afán de conseguir grandes ganancias en poco tiempo.
Esta historia es pura y llanamente la de una ambición, dada la competencia que existía en Holanda por hacerse con la cantidad más sustanciosa y de mejor calidad de las cosechas. Esa ambición desmedida les llevó a firmar contratos aún cuando la flor no había sido recogida, y a revender el contrato a otro comerciante que estuviera interesado en el negocio, ante la cada vez más elevada demanda.
El problema surgió cuando los títulos de compraventa eran eso exclusivamente, y los tulipanes aún no estaban en el mercado. No obstante, nadie pensó en que ello supondría un problema.
Todo ello trajo como consecuencia que los títulos comprados por los comerciantes de tulipanes se iban revendiendo hasta alcanzar cantidades desorbitadas, en tanto la producción no podía alcanzar a satisfacer a todo el mercado. En definitiva, en 1637, los contratos se habían convertido en lo que se conoce como un activo tóxico, y su valor se desplomó. El hecho cierto es que el comerciante que había tenido un título en sus manos creía tener un beneficio seguro, y de repente, no podía recuperar su inversión. Y así fue como el mercado de los bulbos de tulipán hizo desaparecer cantidades ingentes de dinero.
Examinemos el cuadro que nos regaló Jan Brueghel el Joven, pintor y dibujante flamenco, hijo segundo del también pintor Pieter Brueghel el Viejo, que desarrolló su actividad en la ciudad de Amberes en 1597, y cuya carrera estuvo llena de éxito y reconocimiento, especializándose en bodegones, con flores y paisajes, si bien también recurrió a escenas en bosques con personajes mitológicos; fueron sus pinturas de flores las consideradas como las mejores de su época, y en lo que se refiere las texturas fue todo un virtuoso.
Bodegón
La pintura "SÁTIRA DE LA TULIPOMANÍA" necesita de un minucioso estudio y destacar algunas de las escenas que en la misma se recogen.
El mono que aparece en la zona inferior izquierda del cuadro es el encargado de pesar los bulbos, ya que su precio llegó a ser tan elevado que una persona no podía pagarlo y para ello se "inventó" una especie de títulos o acciones con el nombre de "perits"; divididos en 400 unidades de 0,056 gramos, toda vez que cada bulbo pesa entre 22 y 25 gramos. Los tulipanes que el pintor muestra son precisamente los que tenían un mejor precio en el mercado, aquellos que lucían estrías diferentes, pues éstas dependen de ciertos virus que alteran la distribución de los pigmentos de color.
El grupo de monos que aparecen en la parte central del cuadro establecían las condiciones de los contratos, redactando los mismos, muchos de ellos eran abogados y notarios. Dentro de este grupo de personajes aparece retratado un búho que viene a significar la vanidad y la locura.
La escena que nos muestra a un mono sentado junto a una mesa roja representada la contabilidad en el mercado.
La siguiente escena nos muestra cómo varios monos intentan esconder su preciado bien, teniendo en cuenta que de entre las especies más demandadas la conocida como Semper augustos, ya desaparecida, se cotizaba a precios desorbitados: por cada unidad llegó a pagarse 5.500 florines, lo que equivaldría, a unos 70.000 euros actuales.
Semper augustus
En el extremo izquierdo superior del cuadro un grupo de monos celebran una comida, en agradecimiento por el negocio que han suscrito..
Jardines de tulipanes en Holanda
Notas de interés:
El tulipán es una flor originaria de Asia central, cuyo nombre significa "turbante", con una altura que oscila entre los 30 y 60 cm.
La historia de esta flor cambió totalmente cuando en 1953 un profesor de botánica, Carolus Clusius, cuyo nombre verdadero era Charles de l´Ecluse, introdujo en Holanda los primeros tulipanes que él mismo trajo de Turquía, país en el que tenían un especial simbolismo y servían como adorno en los trajes de los sultanes.
El hecho cierto es que el interés por esta flor cundió entre los holandeses y Carolus, personalmente, se ocupó de plantar diferentes variedades exóticas que tuvieron una rápida difusión, sobre todo entre las clases pudientes.
Hasta el punto llegó la pasión por los tulipanes que llegaron a robar -los bulbos- de su propio jardín y es así como empezaron a extenderse por todo el territorio.
Resulta curioso que la gente no llegaba a apreciar mayormente esta flor, dado que no tenía olor y tampoco se le conocían facultades medicinales, más su difusión lo fue gracias a que empezaron a poblar los más exquisitos jardines con su variado colorido y que muchos pintores más que famosos las plasmaron en sus cuadros.
Claude Monet
Pierre Auguste Renoir
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Directorio Hispano de las Artes
Fuentes:
Wikipedia.
Muy Intesante.
https://www.jotdown.es
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