SALVACIÓN
Es la quietud la que se apodera de la impotencia
cuando la voluntad se quiebra y el corazón se blinda
ante esa incertidumbre que nos paraliza,
simulando ser valientes en tiempos agitados.
Nada peor que creerse inocente
si todas las pruebas conducen a ninguna parte
y los miedos se esconden ante la culpabilidad generalizada.
Nunca la salvación nos cogerá a todos por igual
en medio de estados que se contradicen por impulsos,
y cada cual coge el camino más corto en la triste creencia
de que todo lo malo siempre le pasa a otro.
Ante ese amanecer oscuro que se avecina,
repliego esas alas que desconocen lo que es el vuelo,
y me hago la sencilla promesa de no cambiar nunca.
Como todos....
RF.-
Los santos inocentes
(Mario Camus)
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