Goethe
Cuando en 1774 vio la luz la novela de Johann W. Goethe "Las penas del joven Werther", su autor nunca imaginó que tras dicha publicación se produjera una oleada enorme de suicidios, jóvenes que se sintieron identificados con las desventuras de Werther, la obra que sería el desencadenante de todo un nuevo movimiento en Alemana, el Romanticismo.
En puridad la historia de Werther es la plasmación del enamoramiento y desengaño de Goethe por Charlotte Buff, circunstancia que se inició cuando se trasladó a Wetzlar, sede del Tribunal Imperial; la joven en cuestión era la prometida de su amigo Kestner, lo que no impidió que Goethe quedara perdidamente enamorado de ella. Esta pasión frustrada sirvió de base a Goethe para escribir su más que afamada novela.
El poeta conoció a Charlotte Buff el 9 de julio de 1772 en un baile celebrado cerca de Wetzlar. La joven tenía tan sólo 18 años, siendo huérfana de madre, por lo que se ocupaba de su padre y de sus nueve hermanos pequeños. Pese a la insistencia de Goethe, Charlotte supo mantenerse firme y contrajo matrimonio con su prometido. La diferencia de la historia a la que luego el poeta dio forma literaria es que el desengaño no le arrastró al suicidio, como ocurrió con el caso que conmocionó a la sociedad alemana, el de un joven -Carl Wilhelm Jerusalem-, a la sazón secretario de la legación de Brunswick, quien enamorado de una mujer casada, y ante la imposibilidad de ver realizado su amor, se suicida.
La muerte de Werther
(François -Charles Baude)
"Las penas del joven Werther" es un compendio de cartas que el protagonista -Werther- remite a su amigo Wilhelm, haciéndole partícipe de sus sentimientos por una joven llamada Lotte. Esta joven llega a la vida de Werther a raíz de la estancia de éste en el campo, como consecuencia de una cura de reposo.
La chica es sumamente delicada y sencilla, cuida de sus hermanos y de su padre, cualidades que unidas a su belleza, hacen que el joven Werther caiga rotundamente enamorado de ella.
El caso es que Lotte es la prometida de otro joven, Albert. Es así como los tres jóvenes pasan jornadas juntos, más Lotte sigue siéndole fiel a Albert.
Werther decide marcharse y al regresar, un año después, encuentra a la pareja ya casada. Ello no impide que vuelva a ver a Lotte, si bien ésta le pide no vuelva a hacerlo más. Y es así como ante esta situación, y como única salida, Werther toma la resolución de suicidarse, disparándose en la cabeza.
Esta sencilla historia de amor fue un éxito rotundo, no ya sólo en Alemania, reeditándose en varias ocasiones, sino también, en traducciones al francés, inglés, sueco, ruso, castellano e incluso, serbio.
Más lo que nunca imaginaría Goethe es que su historia, -nunca mejor dicho- serviría de guía para el comportamiento de muchos amantes imposibilitados de ver realizado su amor, y se precipitó una oleada de suicidios entre los jóvenes enamorados, quienes curiosamente, se vestían con la misma indumentaria de Werther, a la sazón, chaqueta azul, chaleco amarillo y botas altas...E incluso se popularizó un agua de colonia bajo el apelativo de Eau de Werther.
El tema del suicidio, no ya por amor, empezó a popularizarse en la sociedad del finales del siglo XVIII, como fue el caso del poeta inglés Thomas Chatterton, víctima de la pobreza y miseria, quien se envenenó en su pequeña buhardilla con tan sólo 17 años.
Chatterton, por Henry Wallis
Esa razón de ser de "quitarse la vida", tomó notoriedad y fama, como ya he indicado, creando una especie de sentimiento colectivo, de todos aquellos que sufrían por amor.
Se dio el caso de una joven inglesa que se suicidó después de leer la novela en cuestión, dejando ésta debajo de su almohada.
Por diferentes ciudades en las que el libro tuvo éxito reconocido se recogieron datos sobre sucesos de análogas características, tanto mujeres como hombres, y dejando como señal la presencia de la novela.
Envenenamientos, disparos en la cabeza, ahogamientos... todos ellos suicidios inspirados por una novela de amor.
Y hasta tal punto llegó la situación que el 30 de enero de 1775, se promulgó en la ciudad de Leipzig un bando que prohibía la publicación de Las penas del joven Werther, al considerarlo una incitación al suicidio. Esta censura la llevaron a cabo otras ciudades y países como Austria y Dinamarca, en tanto en España, el clero se decantó por considerar la obra como una "licenciosa elegía del adulterio", por lo que fue incluida en el conocido Índice de libros prohibidos del Santo Oficio.
Más no fue sólo la sociedad la que reaccionó ante las consecuencias de los estragos de la novela, sino que el propio Goethe en 1787 publicó una segunda versión en la que introdujo variantes en relación con la muerte del joven Werther, consecuencia no de un desamor, sino de una enfermedad anímica.
Abanico datado en 1776 que representa una escena de Las penas del joven Werther
Nada más cierto que durante el siglo XVIII el suicidio era considerado como un atentado contra Dios, e incluso la sociedad y el propio individuo, por lo que David Hume, en su obra, "Sobre el suicidio", viene a afirmar que el suicidio no es más que una "superstición" que nos impide apartarnos "del yugo del dolor y pena que nos mantienen encadenados a una existencia odiosa".
Más ello no impidió que Goethe y su obra Las penas del joven Werther sentaran las bases del más que glorioso Romanticismo alemán.
Fuentes:
www.bografiasyvidas.com
www.wikipedia.
Historia. National Geographic.
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