Francisco de Goya y Lucientes, el visionario, cuya forma de entender el arte estará para siempre unida a la historia de su país y, sin lugar a dudas, a su propia vida personal.
Artista multidisciplinar, moderno, humano, innovador, maestro del retrato, de la decoración y de los cartones para tapices, su obra trasciende de la realidad a lo fantasmal, de lo alegre a lo trágico, de una pintura en la que resaltan los más vivos colores a la total monocromía.
Sería del todo imposible tratar en un artículo la inmensidad de su obra y la grandeza de su personalidad, es por ello que, en sucesivos enlaces iré desgranando, con total modestia, por supuesto, algunas de sus obras, unas más conocidas que otras, si bien todas ellas impresionantes.
Es así como hoy me decanto por LA VERDAD, EL TIEMPO Y LA HISTORIA, -también es conocida como España, el Tiempo y la Historia- y como Alegoría de la Constitución de 1812.
Es importante el hecho de que durante este periodo histórico las alegorías eran empleadas por pintores en sus cuadros con el ánimo de plasmar las circunstancias políticas que les habían tocado vivir.
El mensaje que La Verdad, el Tiempo y la Historia nos transmite, en una de sus diferentes interpretaciones, es el hecho de que tanto la Verdad, el Tiempo y la Historia vienen a preservar el espíritu de la Ilustración de lo que era la ignorancia y toda la miseria, a distintos niveles, conlleva, fundamentalmente, en lo que se refiere al buen gobierno.
No obstante, en otra de sus interpretaciones de esta alegoría la figura central representaría a España y el anciano que la coge de la mano es quien abre paseo a esa nueva etapa. España, vestida de blanco, porta en una de sus manos la Constitución de Cádiz de 1812 y en la otra un cetro, apostando por el valor de la Constitución sobre todo régimen absolutista. La Historia en su desnudez alude al hecho de que como tal debe presentarse de modo transparente y clara. A virtud de esta interpretación de la pintura de Goya, su datación sería posterior a la antes indicada y nos muestra la apuesta de Francisco de Goya por lo que es la libertad, incluso en su calidad de Primer Pintor de Cámara del Rey, dando con ello su respaldo y refrendo al contenido de la Constitución de 1812. El hecho de que las clases medias liberales españolas apoyaran la antedicha constitución, amén de que no fue esta la única vez que el gran maestro tratara sobre esta temática en sus obras, como es el caso de Lux ex Tenebris, vienen a dar refrendo a esta teoría.
Pasando de la temática de la pintura a su técnica, abundan los ocres y los verdes, destacando la deliciosa sensación de las plumas de la figura alada. La pincelada de Goya es enérgica, como su carácter, lo que son los ropajes, con sus pliegues y sombras, al mirarlos de cerca, se nos asemejan a fragmentos de pintura abstracta. Todo ello aderezado con una luz blanca que resalta el conjunto, le aporta riqueza y una gran profundidad.
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Wikipedia.
https://fundaciongoyaenaragon.es
Maestros de la pintura. Larousse.
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