jueves, 21 de enero de 2021

MIRIAM ESCOFET.- EL NUEVO REALISMO ES PURA BELLEZA.



MIRIAM ESCOFET nació en Barcelona (España), si bien con tan solo 12 años se trasladó con su familia al Reino Unido; hija del pintor Rafael Escofet, desde su infancia vivió y sintió el arte, aprendiendo no ya solo la técnica sino el alma de la pintura.

Rafael Escofet


Sus cuadros desbordan belleza y vienen a mostrarnos su admiración por los grandes clásicos, como consecuencia de sus innumerables visitas a la biblioteca de sus padres, en las que abundaban los artistas del Renacimiento y el Gótico; no obstante, es la suya una estética sumamente particular, en la que la fantasía y el realismo se encuentran y confluyen en imágenes que nunca nos dejan indiferentes.



El detalle y la pincelada del todo meticulosos son consecuencia no ya solo del estudio, sino también de la observación, tal y como sus propias palabras vienen a confirmar:

"Un buen retrato se basa en la buena observación, la honestidad y la empatía. Creo que el arte del retrato siempre será fascinante para nosotros porque estamos profundamente interesados en otros seres humanos, al verlos descubrimos aspectos de nosotros mismos, por eso es imprescindible que el artista sea empático. Un buen retrato revela algo íntimo de la persona y el espectador tiene el privilegio, al contemplarlo, de acceder al  especio pictórico y continuar la conversación".




Miriam Escofet elabora sus propios pigmentos que emplea para mezclar con los óleos utilizando una técnica que ya utilizaba su padre, una mezcla de aceite de linaza, trementina, barniz de dammar y, en ocasiones, aceite de nuez.

El concepto de la belleza, un aspecto en el que Miriam Escofet trabaja concienzudamente, ya que hoy en día la vulgaridad nos rodea; gustar, apreciar la belleza nos aporta emociones, y es entonces cuando se inicia el diálogo entre el espectador y el cuadro.




La obra de Miriam Escofet es reconocida internacionalmente -fue ganadora del Premio BP concedido por la National Portrait de Londres, por su cuadro The Heavens.


Mas, sin lugar a dudas, el cuadro que le ha posibilitado el conocimiento de sus trabajos al gran público en general ha sido el retrato que hecho a la reina Isabel II de Inglaterra, cuyo encargo partió de la Oficina de Asuntos Exteriores de la Commonwealth, y que fue propiciado gracias a la distinción que en 2018 recibió del BP Portrait Award, por un retrato de su madre, Alma.

ALMA


Para llevar a cabo el mismo Miriam Escofet fue recibida en dos ocasiones por la reina de Inglaterra, y su primer encuentro tuvo lugar en el castillo de Windsor. El hecho cierto es que, desde un principio, pudo escoger la composición y tamaño de la obra, eso sí, se trataba, ante todo de atraer la atención del espectador sobre el aspecto humano de la persona, evidentemente sin descuidar su posición de poder, aunque este aspecto no fue nunca el más relevante.



Es así como Miriam Escofet ha pasado a formar parte de ese selecto club de pintores que han podido retratar a Isabel II de Inglaterra, entre ellos, Andy Warhol, Lucian Freud, Cecil Beaton o Thomas Struth.

Sin perjuicio de la excelencia del retrato de Isabel II, la obra de Miriam Escofet destaca por ese realismo figurativo que nunca nos deja indiferentes, y que nos produce desde asombro a cierta turbación, por el hecho de que nos estamos contemplando a nosotros mismos, como ella misma ha venido a manifestar.





Su pintura se nos muestra con la fascinación que siempre hemos sentido por el arte y la arquitectura clásica, y es clara manifestación de esa belleza propia de los grandes maestros clásicos, sus admirados artistas flamencos Van Eyck o Memling, a la vez que los italianos como Mantegna, Bellini o Leonardo.


Su trabajo ha sido expuesto en galerías como Christopher Wood Gallery, Mallet of Bond Street, Rafael Vals, Duke Street  Albermarle Gallery; variadas exposiciones individuales, así como la publicación de dos libros con su padre, Joseph Escofet. Con este último también ha tenido dos exposiciones, en 2010 y en 2011, en Villa Beretelli, Italia.



No cabe duda de que la belleza no solo es fuente de inspiración, sino también de nacimiento y desarrollo de vocaciones y virtuosismo, como es el caso de Miriam Escofet.


Fuentes:
Wikipedia.
Tendencias del Mercado del Arte.


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