sábado, 2 de enero de 2021

ERNEST HAECKEL.- LA DEFENSA DEL EVOLUCIONISMO.



Todos sabemos de la aportación de Charles Darwin a las teorías sobre el evolucionismo, más son muchas los científicos que con su trabajo y estudios han contribuido a la popularización y conocimiento de las mismas.




Este es el caso de ERNEST HAECKEL, naturalista y filósofo alemán, nacido el 16 de febrero de 1834, en Postdam y fallecido el 9 de agosto de 1919, en Jena, apasionado evolucionista; sus ideas quedaron plasmadas en 1866 en su publicación Generelle Morphologie der Organismen (Morfología General de los organismos), cuyo segundo volumen lo dedicó expresamente a Charles Darwin, Wolfang Goethe y Jean-Baptiste Lamarck. No obstante, y con independencia de su defensa de la idea de la selección natural, ignoró el papel del azar en la teoría darwinista.




Ernest Haeckel estudió medicina en distintas universidades, Berlín, Wurzburgo y Viena, y posteriormente se incorporó a la universidad de Jena, como asistente de zoología de Carl Gegenbaur, ejerciendo como catedrático entre los años 1865 a 1909. Su labor no solo se remitió al ámbito académico sino que participó en diferentes expediciones zoológicas, fundando el Museo Filético de Jena, y participando de forma activa en variadas instituciones científicas, como la Academia Leopoldina, la de Ciencias Bávara de Berlín, la Imperial de Ciencias de Viena y la de Turín. 




La contribución de Ernest Haeckel a la biología lo fue a raíz de sus investigaciones, más también y en gran medida, en función de la especulación. Haeckel era un radical materialista de la vida y el universo y defensor del llamado "monismo" (doctrina filosófica que reconoce un solo principio como fundamento de todo lo existente. Existe un monismo materialista y otro idealista. Los materialistas consideran que la materia es el principio, la base del mundo).




Ernest Haeckel fue mucho más allá que Darwin al ser el integrador de la anatomía y la embriología en la teoría evolutiva. En 1866 formuló la conocida como teoría de la recapitulación, hoy del todo desacreditada, partiendo de las ideas del que fuera su mentor Johannes Müller; a tenor de esta teoría, el desarrollo de un embrión de cada especie repite el desarrollo evolutivo de esa especie totalmente, de modo que la ontogénesis reproduciría la filogénesis (en biología, la ontogénesis se refiere a los procesos que sufren los seres vivos desde la fecundación hasta su plenitud y madurez, concepto que se contrapone al de filogénesis que se ocupa de los cambios y evolución de las especies).



Haeckel sostuvo que todos los organismos, tanto los animales, como las plantas y los organismos unicelulares procedían de una única forma ancestral. De sus estudios compartidos con Müller acerca de la biología marina, surgió la comparación de la simetría de los cristales con la de los animales más simples y a postular por un origen inorgánico de los mismos. Fue, precisamente en 1866, cuando llegó a la conclusión de que la clave de los factores hereditarios residía en el núcleo de la  célula. Dicha teoría provocó un gran revuelo dentro de los círculos científicos, ya que venía a establecer que todos los animales multicelulares se originaron a partir de un ser hipotético, a la vez endodermo y ectodermo, que denominó gastraea.



Partiendo de esta teoría, y según Ernest Haeckel cada animal recorre a partir de lo que es su desarrollo como embrión todas las fases evolutivas que el orden natural le tiene establecidas. En el caso de un feto humano, su desarrollo comienza como una simple célula, ocho días más tarde esa célula ha devenido una esfera hueco, denominada blástula, cuya morfología es igual a la de las esponjas; la evolución continua cuando la invaginación del embrión produce una  estructura en dos capas en forma de copa -gástrula-, que nos recuerda a los celentéreos, como los corales y las medusas. Luego el embrión empieza a alargarse y en treinta días pasa por diferentes fases de las que resultan agallas, cola y extremidades, a modo de aletas, propias de los peces y anfibios. Por último, el embrión adopta la que será la forma propia de los mamíferos, si bien hasta dos meses después no se puede determinar que es un primate.



También fueron muy importantes sus aportaciones de lo que es el estudio de los invertebrados, medusas, radiolarios, sifonóforos y las esponjas calcáreas, e igualmente, fue el primero en diferenciar entre los seres unicelulares y pluricelulares, y entre los protozoos y metazoos.




Tras la publicación por parte de Darwin de El Origen de las especies, sin que por entonces se hubiera encontrado ningún antepasado de los humanos, Ernest Haeckel adelantó la posibilidad de que esa evolución humana podría situarse en las Indias Orientales Neerlandesas, esgrimiendo teorías en las que venía a reconocer el origen común de los simios y los humanos, haciendo mención a que tuvo que existir una especie intermedia, a la que denominó hombre simio o Pithecanthropus, que si bien era humana en muchos aspectos, no alcanzaba a tener lenguaje, y que llamó Pithecanthropus alalus, teniendo su lugar de origen en Lemuria, un continente que se había hundido en el océano Índico. Esta teoría sirvió de base para que sus seguidores, entre ellos Eugène Dubois encontrara al denominado Hombre de Java, o Pithecanthropus  erectus, reclasificado más tarde como Homo erectus.





A Ernest Haeckel debemos la creación de nuevos términos como "ecología", "filo", "ontogenia", "filogenia", "monofilético" o "polifilético", y sus trabajos destacan, igualmente, por la belleza de sus grabados, realizados partiendo de bocetos y acuarelas. Es así que muchos de ellos pasaron a ser incluidos en la obra Kunstformen der Natur, de ahí que sea también considerado como uno de los más grandes ilustradores del mundo natural del siglo XIX.



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Fuentes:
Wikipedia.
htpps://www.buscabiografias.com

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