domingo, 3 de enero de 2021

JOHANNES VERMEER.- VISTA DE DELFT.



Johannes Vermeer

JOHANNES VERMEER, pintor de la luz, maestro del arte holandés, destacó, sobre todo, por sus escenas de género en interiores: sus retratos, en los que la mujer cobra un papel fundamental, en tanto la presencia del hombre tiene un matiz secundario.

Sus trabajos tienen una composición compleja, como algunas de sus naturalezas muertas, y sus colores preferidos el azul y el amarillo nos permiten descubrir la pureza de la luz, esa sensación física que desborda su arte y muestra el dominio sobre una naturalidad que llega a emocionarnos.





Hoy vamos a ceñirnos al análisis, modesto, por supuesto, de una de sus obras más significativas, tratándose de un paisaje, ya que fue el único que pintó, se trata de VISTA DE DELFT.

Este óleo sobre lienzo fue pintado alrededor de 1660-61, y sus medidas son 96,5 cm de alto y 115,7 cm de ancho. A día de hoy podemos disfrutar de su vista en el Mauritshuis de La Haya (Países Bajos).


Durante la época barroca el llamado género de las vistas o paisajes urbanos fue muy utilizado por los maestros pintores, en función de que trataban de transmitirnos una visión típica de las ciudades, de ahí la popularidad de las llamadas "vedutes", que adquirieron gran fama durante el siglo XVIII italiano, principalmente en Venecia. Si bien su arte toma como base la tradición artística de su época, podemos afirmar que Johannes Vermeer fue un artista del todo inclasificable a razón de la temática de su obra, relacionada con su técnica y su perfección plástica. En las que son sus composiciones complejas se observa una meticulosa búsqueda espacial.



Vermeer pintó su Vista de Delft en el lugar, si bien el instrumento que apuntaba a la ciudad y del que aquel obtuvo el aspecto que pudo trasladar el lienzo, no era una cámara oscura, sino el telescopio invertido. Este instrumento permite concensar la vida panorámica de un sector determinado, disminuye las figuras del primer plano a una dimensión inferior a la normal, enfatiza el primer plano, lo que conlleva que el resto de lo que es la composición de la obra retroceda en el espacio. De esta forma Vermeer consigue una imagen en la que destacan los efectos ópticos, destacando una especial atmósfera con una luz del todo brillante.


Es así que Johannes Vermeer nos muestra una representación en gran medida idealizada de la ciudad de Delft, destacando ese cielo pleno de formaciones nubosas acercándose a la ciudad. Destaca la hilera de casas de ladrillo rojo, en lo que es el puerto de Delft, en tanto los muros de la ciudad se reflejan en el agua.

El maestro holandés consiguió con esta obra superarse a sí mismo, dando una papel principal a la naturaleza de su ciudad natal, no en vano, el gran Marcel Proust llegó a afirmar que "Vista de Delft era el cuadro más bonito del mundo".



Con esta deliciosa obra el pintor holandés se convierte en todo un maestro de la luz pura y blanca, de las sensaciones no ya solo visuales, sino también táctiles e incluso auditivas, en un escenario que deja al espectador sin palabras.



Nota aclaratoria: Cada una de las imágenes insertadas se refieren a diferentes partes del cuadro.


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Fuentes: 
Wikipedia.
Maestros de la Pintura. Larousse.

 

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