sábado, 15 de marzo de 2014

ABSINTHIA TAETRA: ERNEST DOWSON


Buenas dias, mis estimados lectores.
Con cada "post" que me planteo intento, no sé si lo consigo, cambiar la temática, y es por ello que hoy me planteo haceros llegar un relato corto del que es autor Ernest Christopher Dowson, nacido el 2 de agosto de 1867, y fallecido el 23 de febrero de 1900, en Lee (Londres), poeta, novelista, y escritor de relatos cortos que se pueden considerar asociados por su técnica y temática al decadentismo.

Se involucró en una activa vida social, reuniéndose con estudiantes de medicina y leyes, yendo a espectáculos de music hall y otras actividades similares. Al mismo tiempo escribió diversos relatos literarios. Fue miembro del Rhymers´Club, al cual pertenecían también W.B. Yeats y Lionet Johnson. Fue un frecuente colaborador de las revistas literarias The Yellow Book y The Savoy.
Dowson pasó las últimas semanas de su vida en la casa de Sherad y murió de alcoholismo -algunas fuentes indican tambien que fue de tuberculosis (enfermendad frecuente en la época)-, con tan sólo 32 años de edad.


ABSINTHIA TAETRA.-

El verde se tonó blanco, la esmeralda, ópalo; nada había cambiado.
El hombre dejó que el agua goteara lentamente en la copa y cuando el verde se nubló, la neblina se disipó en su mente.
Después bebió ópalos.
Le acosaron memorias y terrores. El pasado lo desgarró como una pantera y a través de las tinieblas del presente vió los luminosos ojos atigrados de las cosas que aún no eran.
Mas bebió ópalos.
Y olvidó aquella oscura noche del alma y el valle de la humillación por el que había andado titubeando. Vio azulados panoramas de paises ignotos, altos paisajes y un tranquilo mar acariciante. 
El pasado esparció su perfume sobre el hombre; el hoy sostenía su mano como si fuera un niñito y el mañana brillaba tal una blanca estrella; nada había cambiado.
Bebió ópalos.
El hombre había conocido la oscuridad noche del alma y aún mermanecía en el valle de la humillación; y la amenaza atigrada de las cosas que aún no eran enrojecía el cielo.
Mas por un corto tiempo había olvidado todo.
El verde se tornó ópalo, la esmeralda ópalo: nada había cambiado.

(The Satanic. Removal)
Felicien Rops


BUEN DIA A TODOS

Fuentes: Estetas y Decadentes-Colección Oval 2.

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