Medalla de la Orden de San Benito
Buen día tengáis todos mis queridos lectores, en una semana que se inicia y que a pasos agigantados nos lleva irremediablemente, de nuevo, a la primavera. Ya era hora, que la luz y el sol sea nuestro compañero, al menos, durante gran parte de la jornada.
Y yo, como cada jornada, me atrevo a entrar en vuestro precioso tiempo con un tema que, al menos, para mí, me resulta interesante.
De esta forma, me detengo a hablar un poco de los conocidos como MONGES NEGROS, o monjes de la Orden del Cluny. Evidentemente, mis conocimientos los extraigo de fuentes bien documentadas, y en este caso, de la Edición Historia de National Geographic, por lo que espero que os guste, además de que os sirva de conocimiento de todo aquello cuanto os voy a relatar.
San Benito de Nursia
Empecemos pues, sabiendo que durante el siglo X, la capital de la Cristiandad estaba enclavada en Roma, si bien comenzó a surgir una modesta fundación, en un monasterio de la Borgoña Francesa; esta orden intentaba revivir la regla monástica de San Benito, consiguiendo además toda una renovación cultural y artística por todo occidente.
Abadía de Cluny, Francia
Ni que decir tiene que los abades de estos monasterios gobernaban al estilo de los señores feudales, a su vez una amplia red de monasterios secundarios, y llegaron, por tanto, a rivalizar con reyes, emperadores y papas; así el papado por el que se les llegó a conocer a los "PAPAS NEGROS".
Con el nacimiento de la basílica de Cluny, la mas grande que haya conocido occidente hasta la del Vaticano, aquélla marcó un punto de inflexión dentro del panorama religioso de la Edad Media.
La vida monástica había estado sometida, hasta la época del auge de la orden del Cluny, por la regla de San Benito, bajo la máxima de "ora et labora". Pero con el paso de los siglos, las costumbres se fueron relajando, los conventos eran gobernados por el poder laico, y la clase política intervenía en el nombramiento de abades y priores, disponiendo de todos los bienes de la orden religiosa en cuestión.
El origen de la Orden del Cluny podemos situarlo hacia el año 920, cuando Guillermo el Piadoso, duque de Aquitania, cedió al Monje Bernón, la villa de Cluny, cercana a la ciudad borgoñesa de Maçon, con la finalidad de que creara allí una orden monástica, eso sí, bajo la estricta regla de San Benito. La donación incluía "villas, capillas, siervos, viñas y campos, prados, bosques, aguas y cursos de agua, molinos, y tierras cultas e incultas en toda su integridad", y fue otorgada a los santos apóstoles Pedro y Pablo, y a sus sucesores,lo que nos da la clave para saber que la abadía quedaba bajo la protección del Papa de Roma.
Monasterio de Montserrat
Para que la Orden de Cluny tomara plena conciencia de su vida monástica debía restablecerse la disciplina y el espíritu benedictino. Su benefactor, Guillermo recomendaba a los monjes que se dedicaran a la plegaria "que busquen y persigan con voluntad propia el diálogo con el cielo pero que no olvidarán el cuidado de los peregrinos, mendigos y necesitados".
Así de esta forma nació la ORDEN DEL CLUNY que, en poco tiempo, se extendió por toda Europa: la abadía llegó a acoger entre 400 y 700 monjes. De esta orden salieron pontífices como Gregorio VII y Urbano II.
Así de esta forma nació la ORDEN DEL CLUNY que, en poco tiempo, se extendió por toda Europa: la abadía llegó a acoger entre 400 y 700 monjes. De esta orden salieron pontífices como Gregorio VII y Urbano II.
En sus orígenes, de la Abadía principal dependian cinco grandes prioratos: Souvigny (921), Sauxillanges (950), La Charité sur Loire (1059), Lewes (1078), y Saint Martin des Champs (1079), dirigidos cada uno de ellos por priores que eran designados por el Abad de Cluny. También, dentro de este complejo engranaje, existía otra forma de vinculación, así había abadías subordinadas que conservaban el derecho de elegir a su propio abad, y las abadías afiliadas que disfrutaban de una autonomía superior. Todo ello estaba perfectamente controlado por el ABAD DE CLUNY. Tal fue el éxito de esta orden religiosa que llegó a teneer hasta 10.000 monjes ordenados, y todo ello propició, a su vez, amén de la concepción religiosa, una artística que se definió a través del estilo románico.
MANUSCRITO
Uno de los méritos fundamentales de la reforma religiosa propiciada por esta Orden, lo fue gracias al Papa Gregorio VII (1073-1085), adepto a la misma.
Evidentemente, todo movimiento religioso, social, político.. conoce su auge, y por supuesto, su decadencia no fue mas que consecuencia de los cambios económicos de la sociedad europea, toda vez que Cluny, gracias a la riqueza de sus edificios, el artificio de la liturgia y, fundamentalmente, la relajación de la regla, se convirtió en un reflejo de una sociedad medieval ya cimentada bajo una determinada expansión económica.
Manuscrito de la Regla de San Benito
Monasterio de Santo Domingo de Silos
Como todo lo que empieza acaba, así lo fue con la Orden del Cluny, a medida que fue creciendo una corriente reformadora, la Orden del Cister, fundada en 1115, en otra ciudad borgoñoña: Citaux. Pese a los esfuerzos de Pedro el Venerable, abad de Cluny, entre los años 1122 y 1156, los cisctercienses, bajo las órdenes de Bernardo de Caraval se apropiaron de los principios espirituales de pobreza y autsteridad, precisamente, los que dos siglos antes habian dado expansión a la Orden del Cluny. De esta forma, en el año 1258, los cluniacenses se pusieron bajo la protección del Rey de Francia, Luis IX, renunciando, en consecuencia, a la independencia que siempre les había marcado, desde sus órigenes.
Monges cluniacenses (arriba) y Monges Cistercienses (abajo)
No obstante, el prestigio de la Orden del Cluny quedó presente durante muchos siglos a través de la Historia y de las manifestaciones artísticas que dejaron como legado para la Humanidad.
San Benito
SEGUN NOS HA TRASMITIDO LA TRADICION, una comunidad monástica debía estar formada, en sus orígenes, por doce monjes, que simbolizaban a los apostoles, de tal manera que doce fueron los quermanos que se unieron a Bernon en la fundación de la Orden de Cluny.
En la Abadía la figura del Abad, representaba la del padre, dirigía la vida de la comunidad y velaba por el cumplimiento de la Regla.
Como habéis podido comprobar, la Historia nos ofrece siempre una fuente de conocimiento maravilloso, que nos permite disfrutar del saber de nuestros antepasados, y de todo lo que de arte y vida nos han ido legando con el tiempo.
BUEN DIA A TODOS
Me ha servido esta información y ademas me ha dado a conocer más tanto de la Historia en Los Monasterios (San Benito) como de Dios. Un cálido abrazo y Dios le bendiga.
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